JUANMA, EL DEPREDADOR

Juan Manuel Moreno Bonilla, al que en su momento llamamos el moderado, luego cínico, al tratar de mantener este calificativo a la vez que compartía con la señora Ayuso los mismos excesos, ahora vuelve a los primeros usos de depredador de Andalucía. A los pocos meses de llegar al gobierno andaluz, dictó una ley que echaba por tierra todas las cautelas legales existentes en defensa de las costas que por entonces habían vuelto a destrozar los temporales. El gobierno central puso en cuarentena dicha norma ya que invadía competencias estatales. El gobierno central, a instancias del PSOE andaluz levantó tal denuncia. Hoy después de ir destrozando cuanto encuentra a su paso con vitela de público en educación, sanidad, sigue arrasando para dejar a la ciudadanía sin la atención con la que contaba antes de llegar este gobierno, sigue el destrozo ambiental.

Hace unos días, legislaba que en el entorno de Doñana, la zona forestal podía acceder a la categoría de cultivable. La reacción del gobierno central advirtiendo que tal norma no se atenía a lo acordado, parecía parar el estropicio. La ciudadanía no puede estar tranquila de que este gobierno depredador no siga esquilando el hábitat para las próximas generaciones, pese a los inequívocos síntomas ya presentes. En la deriva insensata se ponen de perfil cuando en la agricultura se exigen cumplimentar los documentos del plan 2030 que obliga a cuidar la naturaleza. Todo es eximir al propio Estado en cualquiera de sus ámbitos de cuidar el planeta que nuestra generación ha de preservar para las que vengan.

No contento con esa deriva, hoy sabemos lo que pretende con el Decreto-Ley de Simplificación Administrativa de la Junta de Andalucía LISTA de la tercera semana de febrero para la modificación de la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio Andaluz. que fue aparcada en 2021 que no fue aprobada por el Consejo Consultivo que modifica 176 normas. El letrado de la Junta de Andalucía advierte que es “mejorable en su redacción y justificación” y tiene el riesgo de “conducir a la privatización total de la función del asesoramiento urbanístico de los ayuntamientos”. Para ello abre la posibilidad de que los ayuntamientos puedan contratar “entidades urbanísticas certificadoras” (privadas) que asumirían las tareas que vienen realizando funcionarios públicos acreditados para ello. El Tribunal Supremo no entiende adecuada la propuesta legal. La oposición de izquierdas se opone en conjunto a la norma que respaldan PP y VOX. Dicha norma la recurrirá la oposición al Tribunal Constitucional. El trámite de aprobación ha seguido un camino para no dar ocasión a su debate ni por los sindicatos ni por los grupos de la oposición.

El trasfondo de la norma es favorecer la construcción sin el sometimiento al propio criterio de la LISTA que como su propio nombre indica es: Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio Andaluz. Cuando las normas de obligado cumplimiento se dejan a la voluntad de cualquier empresa cuyo principal objetivos es obtener el máximo beneficio, qué sostenibilidad cabe esperar. Esa es la puerta abierta en la colaboración público-privada. A ese respecto viene bien lo que traen consigo las burbujas inmobiliarias que como en 2.010 en Valencia permitió usar materiales inflamables en la fachada del edificio del reciente incendio

Para que la construcción crezca, Carmen Casero, concejala del urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, informa de que están modificando las ordenanzas para acogerse a la nueva norma y que ya tienen librada la cantidad de 150.000 euros para hacer frente a tales gastos. Y es que la norma dice en su artículo 140.3 que los documentos de la entidad privada o los colegios de arquitectos o de ingenieros se añadirán a los expedientes con efectos equiparables a los del negociado habitual. Así es que una entidad ajena al propio ayuntamiento dictaminará sobre cuestiones que debieran estar acordes con las disposiciones sobre edificaciones en el término municipal.

Esta es la información que he tratado de compartir, siguiendo la crónica elaborada por Néstor Cenizo y publicada desde Sevilla el 26 de los corrientes en eldiario.es

Linares y febrero de 2.024. Antonio Martínez Lara.